lunes, 12 de septiembre de 2016

[HDA]: Las incursiones vikingas en España


Los vikingos en España




Antes de empezar a hablar sobre las incursiones vikingas en España, hay que tener una mínima base de conocimientos sobre la sociedad vikinga.

La denominación “vikingos” incluye a toda la sociedad que habitaba durante los siglos VII-XI. La cuna de los vikingos era Escandinava. (La cuna de los vikingos es el conjunto de territorios donde se hallaban, en este caso Escandinavia que comprende los actuales países: Noruega, Suecia y Dinamarca. 

En todo este amplio territorio, los vikingos, se dividían en diferentes reinos vikingos que no siempre tenían buenas relaciones entre ellos.


Un dato que hay que refutar es el hecho de que la cultura popular afirme que los vikingos era una sociedad de barbaros, sucios e incultos que sólo se dedicaban a la guerra. Esto es completamente falso ya que la sociedad vikinga se dedicaba, fundamentalmente, a la explotación de la tierra, es decir, a actividades ganaderas y de agricultura. También tenía una importancia fundamental el comercio que realizaban con pueblos de casi toda Europa y con algunos pueblos de Asia llegando a alcanzar incluso la India.

Debido a la importancia del comercio en los pueblos vikingos, desarrollaron mucho su navegación. Construyeron unos barcos de pequeña envergadura que eran capaces de surcar los ríos y adentrarse en los continentes. Esto les fue de muchísima utilidad ya que les sirvió para atacar por sorpresa ciudades poco defendidas en el interior de los continentes.

Pero es cierto que la guerra y las incursiones vikingas fueron muy importantes en su sociedad ya que gracias a ellas consiguieron:

  • Defender las rutas comerciales que tan importantes les eran
  • Conquistar y colonizar nuevos territorios y así expandirse
  • Conseguir grandes botines en los saqueos realizados en los reinos de Europa
  • La obtención de fama y autoridad en estos saqueos para así liderar a los demás vikingos

Los saqueos se realizaron, sobre todo, en Inglaterra y en el reino franco. Este hecho tiene una explicación razonable y es que eran reinos mucho más débiles que otros europeos como los reinos cristianos de la península y Al-Andalus, reino musulmán. 


Inglaterra y el reino franco tenían unas instituciones jóvenes e incapaces de hacer frente a los ataques de estos vikingos, por este motivo caían ante la extorsión y los vikingos conseguían grandiosos botines sin tener que luchar. 

Uno de los ejemplos más claros e impactantes fue la toma de Paris en 845 cuando los vikingos, aprovechando la debilidad de los francos por las guerras internas para heredar la corona de Ludovico Pío, consiguieron sitiar la ciudad y extorsionarles más de siete mil libras. Les lideraba  Ragnar Lodbrok, uno de los vikingos más conocidos. De hecho, existe una serie de televisión contemporánea en la que narran, a parte de la forma de vida de los vikingos, algunas grandes batallas históricas como la que acabo de mencionar. (Serie completamente recomendable, Vikings que dentro de poco estrenarán la cuarta temporada)




Incursiones vikingas en España


Hubo cuatro grandes ataques a la península ibérica.


Primer ataque


Desde el año 840, las bandas vikingas que operaban en las costas atlánticas, fueron expandiendo su zona de incursión paulatinamente hasta que en el año 844, después de invadir ciertas ciudades francesas llegaron a la península ibérica.

La primera noticia escrita que tenemos sobre los ataques vikingos en la península la encontramos en los Annales Bertiniani, obra de Prudencio, la cual es una de las fuentes principales del siglo IX en el imperio carolingio.


Muchos cronistas nos dicen que durante el reinado de Ramiro I, rey de Asturias en el año 844, los vikingos intentaron invadir la actual Galicia, más exactamente la zona de Faro Brecantino, donde se produjo el primer conflicto bélico entre los cristianos y los vikingos. Ramiro I se enfrentó a ellos y consiguió expulsarles y quemar muchas de sus naves, recordamos que eran esenciales para los ataques de los vikingos. Sin embargo, los vikingos en vez de retirarse a su lugar de origen no se dieron por vencidos y se dirigieron al sur de la península donde sitiaron Lisboa y se asentaron en el estuario del Tajo, territorio musulmán. Tras varios intentos de conquistar Lisboa, se dirigieron a Cádiz donde, esta vez, sí tomaron la ciudad y la utilizaron como base de operaciones durante varios meses. De este modo, gracias a sus barcos capaces de surcar los ríos, consiguieron adentrarse por el Guadalquivir hasta Sevilla la cual saquearon y permanecieron en ella un tiempo.

Uno de los cronistas que nos cuenta estas historias hispano-musulmanas es Ibn al-Kutiyya, el cual, nos cuenta como las tropas musulmanas consiguieron liberar Sevilla y otros pueblos de alrededor que los vikingos habían arrasado y tomado. Estos pueblos siempre se encontraban cerca de los ríos para facilitar la salida de los vikingos en caso de ataque enemigo.

Al final Abd al-Rahman (Abderramán I), emir de Córdoba  se enfrentó a ellos con un poderoso ejercito en la batalla de Tablada, cerca de Sevilla, en la cual consiguió derrotar y expulsar a los vikingos de sus tierras que se batieron en retirada hacia Escandinavia.



Segundo ataque


El segundo ataque de los vikingos a la península ibérica se produjo ocho años después de la muerte de Ramiro I que murió en el 850

En el 858, una flota vikinga que había estado invadiendo y atacando diferentes pueblos francos (siempre se suele repetir los acontecimientos, la historia se repite) , se dispuso a atacar la península empezando por la actual Galicia. Los ataques se produjeron durante el reinado de Ordoño I. 
Los vikingos, bajo las ordenes de Hastein y Bjorn “Brazo de hierro” alcanzaron Santiago de Compostela ascendiendo por la ría de Arosa.  

Santiago de Compostela ya era muy conocida por toda Europa con una gran importancia en el mundo cristiano debido al descubrimiento del cadaver del apóstol Santiago el santo. El puerto más cercano a esta ciudad era el de Iria Flavia, el cual sus ciudadanos abandonaron tras conocer la presencia de los vikingos por lo que estos tuvieron una fácil victoria. Masacraron e hicieron esclava a la población que quedaba en la ciudad y se hicieron con un gran botín.

Posteriormente a la toma del Ira Flavia, los vikingos sitiaron y asediaron Santiago de Compostela durante varios días pero Ordeño I mandó un gran ejercito bajo las ordenes del conde Pedro para repeler a los vikingos. Vencieron los cristianos y quemaron algunas de sus naves.

Después del fracaso en el norte de la península, los vikingos, al igual que en el primer ataque, decidieron bajar al sur en sus naves con el objetivo de intentar atacar Sevilla, sin embargo, esta vez prefirieron atacar en primer lugar Algeciras, la cual saquearon. Ibn al-Atir nos cuenta que allí destruyeron la gran mezquita, hecho que enfureció a Abd al-Rahman y para evitar el paso de los madjus y que alcanzasen Sevilla, mandó tropas para que lucharan contra los vikingos. Estos al ver el ejercito decidieron huir y dirigirse a la costa de África donde saquearon la antigua ciudad de Nekkor en el año 859. Allí consiguieron multitud de esclavos que fueron posteriormente vendidos en Gran Bretaña e Irlanda.

Después del saqueo de Nekkor, se dirigieron a la península donde tomaron el castillo de Orihuela, no tuvo mayor importancia.
A partir de aquí, abandonaron la península para dirigirse a las costas francas en el mediterráneo donde atacaron pueblos situados en el Rosetón pasando antes por las islas de Mallorca y Menorca. 


Tercer ataque


El tercer ataque se produjo cien años después del segundo ataque vikingo. La economía había mejorado notablemente sobre todo en Galicia gracias a las peregrinaciones. Esta mejora económica fue uno de los principales motivos por los que los vikingos decidieron atacar de nuevo  estos territorios.

El cronista Flórez, en sus crónicas, nos narra como después del segundo ataque, los lugartenientes de Santiago y su obispo, Sisando, fortificaron la ciudad con muros y torres. Fue en el 963 cuando los  vikingos llegaron a la península, desolando gran parte de los pueblos costeros. Los labriegos se enfrentaron a ellos formando un pequeño ejercito que fue derrotado y esclavizado.

También nos cuenta como el propio Rosendo participó en la defensa de Santiago con la ayuda de los condes gallegos donde vencieron estrepitosamente a los vikingos.


Cuarto ataque


Nos encontramos en un contexto histórico malo para España, el rey Sancho I murió en el 966 y le sucedió en el trono Ramiro III que apenas tenía 5 años, por lo que su tía, Elvira, hizo de regente. Se creó un pequeño vacío de poder que fue aprovechado por varios nobles de Galicia que alentaron a la masa campesina para que se sublevara y así conseguir mayor autonomía con respecto a la corona real.
Los vikingos arribaron en el año 968 en Galicia, y debido a la nefasta situación del reino, consiguieron saquear y desolar todos los territorios por los que pasaban. Hicieron gran matanza entre los lugartenientes y consiguieron un enorme botín. Sin embargo, en el 970 cuando se dispusieron a volver a sus embarcaciones con el botín y los esclavos, un ejercito bien formado, con la colaboración de los campesinos, consiguieron arrebatarles todo el botín y quemar gran parte de sus naves por lo que detuvieron el avance vikingo y estos no tuvieron más opción que huir a Escandinavia.



Como veis cada ataque tiene, en general, menos impacto que lo anterior. Esto es, entre muchos otros factores, por el gran desarrollo que obtuvieron las instituciones de los reinos cristianos durante estos siglos debido a la continua guerra que mantuvieron con el reino musulmán del sur. Sin embargo, en territorios más pacificados y más estables como el reino franco o los reinos de Inglaterra sufrieron ataques con mucho más impacto por parte de los vikingos.




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